Shenzhen, una de las ciudades chinas de primer nivel y capital de la alta tecnología, se enfrenta a algunos problemas prácticos derivados de su rápida expansión demográfica, entre ellos la escasez general de escuelas públicas. Para ponerlo en contexto, en comparación con Guangzhou, otra megaciudad china con una población comparable de 15 millones de habitantes y 961 escuelas primarias, Shenzhen sólo tiene 344 centros de enseñanza primaria.

El distrito Pingshan de Shenzhen, que se había establecido oficialmente en 2017, con un gran número de habitantes de la ciudad trasladándose a zonas residenciales de alta densidad cercanas, preveía para el otoño de 2018 unas cifras de matriculación muy superiores a las de sus escuelas. Un hecho que llevó al gobierno a aprobar rápidamente varios proyectos Prefab a la vez, dándose poco más de un año para añadir algunas escuelas más a su distrito.

En el proyecto de la escuela Jinlong, adoptamos estructuras prefabricadas al máximo, para aproximadamente 75% del proyecto. Esto redujo drásticamente los residuos de construcción in situ, la construcción en húmedo requerida, la mano de obra empleada y el periodo de construcción necesario, ahorrando así presupuesto y tiempo. También se incorporaron ventajas adicionales como la conservación de la energía, el respeto al medio ambiente y la resistencia a los terremotos.

Los arquitectos consiguieron dar a la escuela una calidad estética distintiva, su propio carácter de diseño individual, al tiempo que prestaban atención a las relaciones espaciales orientadas a las personas. El conjunto representa una solución de diseño concisa, con un enfoque conceptual compacto. Las aplicaciones modulares se utilizan principalmente en los edificios residenciales y educativos (por ejemplo, dormitorios, aulas de enseñanza y otras aulas), mientras que los espacios públicos y algunas otras zonas se configuran con métodos de construcción más convencionales.